Jumbo Glacier: el misterio de la que sería la más grande estación de esquí de Norteamérica

Jumbo Glacier esquí Resort, el misterio de la que sería la más grande estación de esquí de norteamérica

Jumbo Glacier, Columbia Británica (Canadá)

Tue, 30/09/2014 - 20:46
Jumbo Glacier Resort, después de 23 años de iniciarse el proyecto y tras ser paralizado por grupos ecologistas y los vecinos de la zona, está a punto de saber cual será su destino.
Este verano, Graham Holt ha estado en las montañas del Valle del Glaciar Jumbo, en la cordillera de Purcell, cerca de la frontera de la Columbia Británica y la península de Alberta en Canadá. Imagino que habrá pensado en el proyecto que tiene entre manos y cómo poder llevarlo a cabo de una vez por todas.
 
Holt es el gerente de operaciones de RK Heliski y cuando al llegar el invierno se dedica a llevar esquiadores a los picos de este valle. Desde hace 23 años su intención es construir allí una estación de esquí que supondría ser la más grande de todo el terrirorio Norteamericano. Hoy por hoy, en el lugar sólo se encuentran rocas y escombros ya que el proyecto está paralizado desde que se iniciaron las obras en 2008 y la vegetación cubre parte de la carretera de acceso hasta ella.
 
La historia de Jumbo Glacier Alpine Resort se remonta a 1991 cuando Oberto Oberti, arquitecto italiano, con residencia en Vancouver y Grant Costello, un ex-entrenador de competición de esquí canadiense, lanzaron su idea para desarrollar una estación de esquí durante todo el año en el Valle de Jumbo, una extensión de terreno glaciar a cinco horas en coche de Calgary.
 
En estas tranquilas montañas de grandes bosques, caen una media de 10 m. de nieve al año pero debido a los más de 50 km. que lo separan de Invermere, la población más cercana, los únicos que visitan estos parajes a los que sólo se puede acceder en helicóptero o tras una larga caminata, son los osos pardos y otras especies del lugar. 
 
Oso Grizzlie en Canadá
La visión de Oberti lo cambiaría todo. El mega complejo tendría una extensión de 1.509 hectáreas de terreno en expansión a través de cuatro glaciares: Glacier Dome, Jumbo Glacier, Comandant Glacier y Farnham Glacier. 5600 metros de desnivel máximo (en el momento de máxima extensión de los glaciares) conectados a través 20 telesillas y otros remontes mecánicos con un resort en la base de la estación que podría albergar a 6.000 personas y que daría a su vez empleo a otras 750.
 
Hasta ahí todo sería normal solo que, después de 23 años, apenas ha habido ningún avance y los responsables de llevar a cabo este proyecto mantienen el silencio y todo alrededor de Jumbo Ski Resort sigue siendo un misterio
 
El 90 por ciento de la población de la zona se opone a que esta estación de esquí se haga realidad mientras que el gobierno de la Columbia Británica sigue dando su aprobación.
 
Los defensores del medioambiente, conservadores y las Tribus nativas de las First Nations están en pie de guerra contra los esquiadores y mantienen una intensa campaña con eslogans como "Wild Jumbo " o "Góndolas No, Grizzlies Si", luciendo pegatinas en los coches y pancartas por todos los bares y establecimientos que rodean la Corte Suprema de la British Columbia.
 
Tras casi un cuarto de siglo, el conflicto busca llegar a una solución definitiva.
 
Pegatinas en los coches de los opositores
 
Este octubre, el permiso del gobierno de la Columbia Británica expirará a menos que el Ministerio de Medio Ambiente considere que Jumbo Resorts Glacier, Ltd. ha hecho "progresos sustanciales" en el proyecto. Esta decisión podría poner fin a una de las propuestas más polémicas en la historia reciente del esquí. 
 
 
Una breve historia del proyecto
 
Todo comenzó en 1991. Oberti y Costello presentaron una propuesta formal al gobierno de Columbia Británica para Jumbo Glacier Alpine Resort
 
La respuesta durante esa década por parte de la población fue lenta pero inexorable con una fuerte oposición a que se instalaran remontes mecánicos en la zona de los glaciares. Aun así, la promesa de nuevos empleos y el desarrollo turístico de la zona hacía que muchos se mostraran cautos antes de tomar partido. A su vez, se inician los estudios correspondientes sobre el impacto medioambiental y desarrollo sostenible del proyecto, un paso necesario para que el gobierno diera su aprobación. 
 
El freerider Chad Sayers en la cordillera Purcell de la Colombia británica (Jumbo Glacier) FOTO: Steve Ogle
 
En octubre de 2004 llegaron los permisos. El gobierno, a pesar de la oposición de los vecinos de toda la región dió luz verde para proceder. Mientras, la preocupación pública sobre una serie de cuestiones, una de las mayores, la población de osos pardos, y que las carreteras, infraestructura y la ocupación humana cortarían y fragmentarían su territorio. Además entendían que se vería comprometida la actividad de los glaciares.
 
Hay que decir que Jumbo contaba con todos los certificados y que los funcionarios los sometieron a uno de los más rigurosos controles medioambientales de la historia de la Columbia Británica.
 
En julio de 2008 se comenzaron unas tímidas primeras obras en la base de la estación con la costrucción de la carretera de acceso. A partir de ahí, los opositores unieron sus fuerzas por iniciativa de las tribus indias de las Primeras Naciones, para quienes el oso Grizzlie es un animal sagrado, consiguiendo paralizar las obras y así hasta nuestros días.
 
A pesar de todo, la incertidumbre es la que reina para ambos bandos, seguidores y detractores del proyecto, no verán hasta dentro de unos días cómo se resolverá el conflicto. Mientras, en el Valle del Glaciar Jumbo hace ya días que empezaron las primeras nevadas...
 
Fuente: Clare Menzel and Johnny Sudekum para Powder
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