Aragón ha echado el resto para mejorar sus estaciones de esquí. En apenas siete días de diferencia se ha sacado a licitación la construcción del telecabina entre Benasque y Cerler, se ha empezado a ejecutar el plan de mejora de los sistemas de producción de nieve artificial de sus estaciones con un presupuesto de 80 millones y ahora se anuncia el concurso para licitar el proyecto del telecabina entre Astún y Candanchú.

 

Según recoge la Plataforma de Contratación del Sector Público, el Gobierno de Aragón, a través de la Mancomunidad de Municipios Alto Valle del Aragón, ha sacado a licitación las obras de construcción de un telecabina que conectará ambos dominios esquiables. 

 

 

El telecabina, diseñado en forma de "L", tendrá un recorrido de 2,8 kilómetros y conectará la base de la estación de Candanchú, en Pista Grande, con la zona de Pastores en Astún, salvando una altitud que va de los 1.500 a los 2.000 metros.

 

Esta infraestructura permitirá que los esquiadores realicen el trayecto en poco más de seis minutos, eliminando la necesidad de incómodos transbordos y facilitando un tránsito más fluido y cómodo entre las dos estaciones.

 

 

 

Esta infraestructura no solo mejorará la conectividad entre Astún y Candanchú, sino que también ampliará la superficie esquiable disponible para los visitantes, aumentando la oferta de pistas y servicios y consolidando a estas estaciones como destinos de referencia en el Pirineo aragonés.

 

 

A pesar de los avances, el proyecto no está exento de polémicas. Las organizaciones medioambientales han expresado su preocupación por el impacto que la construcción del telecabina podría tener en los paisajes de Canal Roya y el Anayet, áreas de gran valor ecológico en el Pirineo.

 

Estos grupos han argumentado que la promoción del turismo en estas zonas podría contravenir el principio de no causar daño significativo (DNSH) que rige el uso de los fondos europeos Next Generation.

 

La Comisión Europea ha mostrado en otros casos su disposición a penalizar proyectos que no cumplan con este principio, lo que añade una capa de incertidumbre al futuro de la financiación del proyecto.

 

 

Más allá de las controversias, la construcción del telecabina entre Astún y Candanchú representa una oportunidad única para revitalizar la economía local y posicionar al Pirineo aragonés como un referente en el turismo de nieve.

 

Con la infraestructura en marcha, se espera un aumento significativo en la afluencia de visitantes, lo que a su vez podría impulsar otros sectores económicos en la región, como la hostelería, el comercio y los servicios.