Las obras de construcción de dos de las principales novedades de los Pirineos franceses para este invierno avanzan a buen ritmo y crean sinergias.

 

Nos referimos al nuevo telemix -a medio camino entre un telecabina y un telesilla- de Formigueres y el telecabina -este sí moderno pero como los de toda la vida- de Font-Romeu.

 

Durante varios días, un helicóptero ha estado trabajando para colocar los pilares y las partes rodantes del cable del teleférico. Una operación de precisión, delicada y espectacular con materiales pesados.

 

 

En Font-Romeu, 40 nuevas cabinas de diez plazas fabricadas en Chambéry y Grenoble serán instaladas en la línea del telecabina que se está montando estos días y que sustituirán a los míticos huevos de seis plazas que han sido desmantelados.

 

 

 

En comparación con el antiguo telecabina, el tiempo de espera para los esquiadores se reducirá, de 750 personas por hora a 2.400.

 

Sin mencionar una velocidad más alta, tardará menos de cinco minutos en hacer los 1.700 metros entre el pueblo y la cima de Airelles contra siete minutos antes.

 

Otra novedad en ambas estaciones -salida y llegada- es la presencia de 230 taquillas climatizadas de tres a cinco plazas, en las que los esquiadores pueden dejar su material para adentrarse en el pueblo en modo peatonal.

 

 

 

Esta compra fue impulsada por la agrupación dentro de TRIO que reúne a Porté Puymorens y Cambre d'Aze.

 

El montaje de la estación superior ha avanzado bien, ya que los equipos han montado la estructura metálica principal de la estación, así como los transportadores de neumáticos. También se instaló un transformador EDF detrás del G2.

 

En la línea, los últimos 4 pilones están colocados, porque son fácilmente accesibles mediante camión grúa y esta semana se colocan las que es necesario el helicóptero.