Aragón propone una división de las pruebas en cuatro lotes con dos opciones cada uno: las de esquí alpino por género, con la disposición del Gobierno de Javier Lambán a que Catalunya elija primero y así lograr el entendimiento.

 

 

 

El reparto de las pruebas de esquí alpino es uno de los escollos para el acuerdo en la candidatura, al concentrarse en el Pirineo catalán, y Aragón sugiere un reparto por géneros, con una primera opción con las 5 pruebas femeninas con 306 deportistas y una segunda con las pruebas masculinas y mixto, 6 en total, con 314 participantes.

 

Las pruebas de hielo conformarían otro de los lotes, dividido en hockey hielo y patinaje de velocidad en pista larga, con 16 pruebas y 1.152 deportistas, y en patinaje de velocidad en pista corta, patinaje artístico y curling, con 17 pruebas en total y 691 participantes. Este sería el único lote en el que el número de deportistas estaría descompensado por el hockey hielo, en el que habría 822 participantes.

 

El esquí de fondo, más el biatlón, con 23 pruebas y 1.020 deportistas, y el esquí acrobático más snowboard, con 24 pruebas y 1.010 deportistas, serían las dos opciones para elegir de otro de los lotes, y el esquí de montaña con 5 pruebas y 96 participantes, y nuevas modalidades, como el telemark y la escalada en hielo, con idénticas cifras, las otras dos alternativas entre las que escoger del último lote.

 

 

Lambán ha dado este jueves en el pleno de las Cortes de Aragón los detalles de la propuesta de su Gobierno tras una escalada verbal con el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, hasta el punto de acusarle ayer, en boca de la portavoz del Ejecutivo aragonés, Mayte Pérez, de ejercer de "comisario político" de Catalunya y pedirle que dé "un paso atrás" al ser un "obstáculo" para el éxito de una candidatura de país.

 

Estas declaraciones llevaron a Blanco a acusar al Gobierno de Aragón de mentir en un acto al que asistía el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, al que Aragón no fue invitada, pero sí la Generalitat, y acudió la consejera de Presidencia catalana, Laura Vilagrà.