Una vez cerradas las puertas y los remontes, empiezan a llegar los resultados de la irregular, extraña y peculiar temporada de nieve que ha sido la 2015/16. Toca pasar cuentas que, aunque aún queda todo el verano por delante, cada campaña empieza, en los despachos, cuando se termina la nieve.

 

 

Pero aún podemos esquiar si nos queda el gusanillo. De hecho, está claro que lo que marca la temporada no es la nieve, ni el cambio climático, ni nada parecido, sino el calendario de fiestas y en muchas ocasiones a los que nos gusta esquiar hasta el final nos produce un sentimiento de frustración muy grande.

 

Ver tanta nieve en buenas condiciones y que cierren por el simple hecho de haber pasado la Semana Santa nos deja muy mal cuerpo. Pero poderoso caballero es don dinero.

Iniciamos este fin de semana con una primera borrasca el sábado acompañada de aire frío que se nos quedará frenada en el Centro Peninsular. Así en todo el Oeste el tiempo será frío con precipitaciones débiles en general y una cota de nieve de 1.200 a 1.500 metros.

 

Como si la temporada nos dijera aquello de... no se vayan todavía aún hay más... un frente empezó a cruzarnos el miércoles tarde, jueves y remate final este viernes en los Pirineos con temperaturas que han hecho bajar la cota de nieve hasta los 1.200 metros, incluso por debajo en alguna zona, auguran un buen fin de semana después de haber tenido temperaturas primaverales hace unos pocos días.