La esquiadora norteamericana extendió su dominio a la velocidad el sábado en Lake Louise con su primera victoria en descenso de la Copa del Mundo en su cuarto intento. Reina indiscutible del slalom y formidable en slalom gigante, la joven esquiadora de 22 años creó sensación con este éxito y porque no decirlo, un poco de rabia en sus rivales que deben aceptar el dominio de esta esquiadora “recién llegada” que tiene pintar de llevarse en el futuro muchos globos de cristal.

 

Shiffrin dio otra lección un día después de sorprender con una tercera plaza en el cajón y, con un tiempo de 1:27.55 se alzó con la primera posición de una prueba que la estadounidense Lindsey Vonn finalizó en la décimo segunda plaza. Recordemos que Vonn tuvo una espectacular caída el día anterior que no le ha impedido competir este sábado. 

 

Por su parte, la austríaca Cornelia Huetter, que ganó el gigante el día anterior, acabó en una meritoria cuarta plaza por delante de la esquiadora de Liechtenstein, Tina Weirather, que fue segunda la jornada anterior.

 

 

 

Es cierto que Lake Louise no es la plaza más difícil del circuito. Además, la carrera se acortó debido a un apagón general de luz que paralizó los remontes y que obligó a subir a los corredores en motos y ratracks con cabina. Pero aun así, este éxito de la joven estadounidense es una fuerte señal enviada a la competencia. "El acortamiento del descenso fue claramente beneficioso para mí, porque no soy tan eficiente en la parte alta del recorrido (utilizada en tiempos normales), pero tomé riesgos y valió la pena", dijo. señalando, además. "Durante mi bajada tuve buenas condiciones de luz a diferencia de otras chicas, soy consciente de que entre el viernes y el sábado tuve mucha suerte, incluso así esquié bien". 

 

A pesar de esta excelente actuación, la nueva estrella de esquí estadounidense todavía no está segura de querer participar en la modalidad de descenso durante los Juegos Olímpicos de 2018.