El Port de la Bonaigua, una de las vías clave de acceso en el Pirineo catalán, y el acceso al Pla de Beret, contarán a partir de este invierno con un avanzado sistema de tubos para reducir el riesgo de aludes en la C-28 y la y C-142b.
Este método, común en los Alpes, ofrece un control más activo sobre los tamaños de nieve en comparación con las tradicionales barreras de protección.
El Departamento de Territorio de la Generalitat de Catalunya ha previsto una inversión de 15 millones de euros hasta 2030 para mejorar la seguridad en ambas vías.
El plan, desarrollado en colaboración con el Conselh Generau d'Aran, ha identificado seis sectores con mayor riesgo de aludes.
La primera intervención será la instalación de dos sistemas de protección en la zona del cap del Port de la Bonaigua, que abarca 1,7 kilómetros de la C-28.
Estas soluciones consisten en tubos que expulsan gas mediante control remoto para provocar aludes controlados, una técnica que se utilizará por primera vez en la red viaria de la Generalitat.
El sistema "activo" permitirá gestionar el riesgo de aludes incluso en condiciones meteorológicas adversas y sin necesidad de explosivos. En contraste, las barreras antialudes tradicionales son métodos "pasivos" que no permiten un control tan preciso.
Actualmente, cuando el riesgo de aludes supera un cierto umbral, se cierran las vías de acceso al Port de la Bonaigua y al Pla de Beret, de acuerdo con predicciones locales específicas y en coordinación con el Conselh Generau.
Con su implementación, se espera reducir significativamente los días en que estas carreteras deben cerrarse al tráfico.
Además de la instalación del nuevo sistema de protección contra aludes, el Departamento de Territorio ha comenzado la redacción de un estudio informativo para la ampliación y mejora del trazado de un tramo de 1,5 kilómetros de la C-28 a su paso por Sorpe, en Alt Àneu. Este es el último tramo pendiente de acondicionar.
Entre las alternativas evaluadas se incluyen la construcción de un túnel, la ampliación de la carretera con un muro o mediante un voladizo.
El estudio tendrá un plazo de redacción de 12 meses y cuenta con una inversión prevista de 18 millones de euros.
La implementación de estas medidas tiene como objetivo mejorar la seguridad vial y la movilidad en las comarcas del Pallars Sobirà y la Val d'Aran durante los meses de invierno, una época en la que las condiciones climáticas pueden ser especialmente severas.
Con una inversión total de 33 millones de euros entre las diversas actuaciones, la Generalitat reafirma su compromiso con la protección de sus infraestructuras viarias y la seguridad de sus usuarios.
