El sector turístico del Pirineo de Huesca dejará de ingresar unos 22,5 millones de euros en los dos próximos meses a causa de la pandemia del coronavirus. El peaje del COVID-19 para la economía local dejará huella: pistas de esquí fantasmas, hoteles y restaurantes vacíos y locales con la persiana bajada a las puertas de Semana Santa y con bastante nieve todavía en las pistas.

 

En estos dos meses de final de la campaña de invierno 2.500 personas se quedarán sin trabajo (aunque el dato puede ser inferior si continúa el personal fijo). El Estado puede llegar a perder 4,6 millones de euros por el IVA y los impuestos al trabajo (Seguridad Social e IRPF) y deberá hacer frente a un gasto de 3,6 millones de euros por prestaciones de desempleo.

 

Estas son las preocupantes conclusiones que se extraen de la evaluación de impacto socioeconómico elaborada por Pedro Marco, responsable del grupo Inturmark, que aglutina en Jaca al Gran Hotel, el Hotel Oroel y el Restaurante Cobarcho.

 

 

Las estimaciones fueron realizadas basándose en dos meses de restricciones absolutas. "De momento, se habla de dos semanas de paralización del sector, pero todavía es una incógnita qué pasará después y cuándo volverá a ser totalmente normal la actividad turística", explicó el empresario de Jaca al Diari del Alto Aragón.

 

Sus cálculos se basan en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre ocupación hotelera, pero en Jaca "hay un importantísimo impacto económico derivado de la segunda residencia y los apartamentos turísticos, viviendas de uso turístico y otro tipo de alojamiento no reglado, que es imposible estimar por carecer de estadísticas oficiales".

 

Tampoco se han realizado estimaciones sobre gasto en comercio, restauración y otros servicios turísticos, al no disponer de las estadísticas necesarias, por lo que advierte de que "el impacto económico final va a ser mucho mayor". Y aun falta sumar el balance de las estaciones de esquí, aunque gran parte de los picos de días de esquí vendidos se habían cumplido.

 

 

El Estado puede llegar a perder 1,1 millones de ingresos por IVA, Seguridad Social e IRPF, al tiempo que deberá hacer frente a un gasto de un millón de euros basándose en las prestaciones por desempleo.

 

"Se abre una enorme duda. No sabemos lo que va a durar la situación. Cuanto más se alargue, mayores serán las dificultades en el valle del Aragón, tanto de trabajadores, como de empresarios", dijo Pedro Marco, para el que lo sucedido "es una lástima en un año que comenzó muy bien, con buenas previsiones, quizá mejores que las del 2019, que salvo enero fue muy bueno. Ahora todo cambia y nos están anulando reservas para varios meses".