Un duro golpe e inesperado está sacudiendo el inicio de la temporada de invierno en La Grave, el icónico destino de freeride en los Altos Alpes franceses.

 

 

En un comunicado emitido el 12 de diciembre, Fabrice Boutet, presidente de la Sociedad de los Teleféricos de La Grave (SATG), filial de SATA, anunció que se detectó "un daño importante en uno de los cables portadores del primer tramo" durante los últimos controles de validación.

 

Este fallo ha iobligado a la empresa a retrasar la reapertura de las instalaciones. “Tomamos la decisión de cambiar el cable para garantizar un servicio de calidad y unas condiciones óptimas para todos nuestros clientes. La seguridad en nuestras instalaciones es nuestra máxima prioridad”, explicó Boutet.

 

 

 

La Grave, conocida por su teleférico emblemático y su propuesta de esquí fuera de pista sin señalización, representa un modelo alternativo a las estaciones de esquí tradicionales, atrayendo a esquiadores en busca de aventura y libertad en un entorno natural.

 

 

A pesar de las molestias ocasionadas, Boutet subrayó que la seguridad es irrenunciable. “Nuestros equipos y socios técnicos están movilizados para garantizar que nuestras instalaciones abran lo más rápido posible. Somos conscientes de las molestias que está provocando este incidente fuera de nuestro control y agradecemos la confianza y la lealtad de nuestros clientes”.

 

 

No obstante, el aplazamiento pone en evidencia los desafíos de modelos turísticos como La Grave, basado en una infraestructura mínima pero crítica para el acceso a sus famosos descensos de freeride.