El esquí llora la muerte del uno de los precursores de la nieve en Candanchú

El esquí llora la muerte del uno de los precursores de la nieve en  Candanchú

La família Galindo - Bolea, en una foto de archivo, en la estación de Candanchú.

Lun, 09/10/2023 - 08:34
Emiliano Galindo, profesor de esquí, empresario y padre de las esquiadoras Ana y Paloma y tío de Miguel Galindo, falleció en Jaca a los 79 años.
El mundo del esquí llora la pérdida de uno de sus más ilustres precursores, Emiliano Galindo. A los 79 años de edad, este apasionado de la nieve falleció en Jaca, dejando tras de sí una huella imborrable en el corazón de Aragón y de toda España.
 
Nacido en la pintoresca localidad de Aísa, que se encuentra en las cercanías de Candanchú, Emiliano Galindo dedicó su vida entera al esquí y se convirtió en una figura icónica de este deporte.
 
Emiliano Galindo no solo fue un apasionado esquiador, sino que también desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la estación de esquí de Candanchú.
 
Como miembro activo y directivo del Candanchu Ski Club, contribuyó de manera significativa a su crecimiento y éxito.
 
Durante toda su vida, impartió conocimientos y pasión por el esquí como profesor, dejando una huella imborrable en las generaciones de esquiadores que tuvo el honor de enseñar.
 
Además de su compromiso con el esquí, Emiliano se destacó en otros aspectos importantes. Trabajó en el refugio de Santa Cristina y tuvo el honor de montar la primera tienda de esquís en la estación de Candanchú.
 
Su legado no se limita a las pistas; también se refleja en su familia. Emiliano se casó con Asunción, originaria de Bolea, y juntos tuvieron dos hijas excepcionales: Paloma y Ana.
 
La última de ellas se convirtió en la esquiadora más destacada de todos los tiempos en Aragón y una de las principales representantes de España en el esquí alpino, llegando incluso a competir en dos ocasiones en los Juegos Olímpicos.
 
Emiliano Galindo siempre estuvo orgulloso de sus logros y visionario sobre el futuro del esquí en la región.
 
En sus propias palabras, cuando montó la primera tienda de esquís, "ya se intuía que algo grande pasaría en esa montaña".
 
A lo largo de su vida, su pasión por el esquí nunca disminuyó, y a la temprana edad de 19 años, se unió a la Escuela Española de Esquí, donde desempeñó el rol de profesor durante casi medio siglo.
 
El apellido Galindo se ha convertido en sinónimo de la nieve, y Emiliano siempre se enorgulleció de los logros de su sobrino, Miguel Galindo, un destacado esquiador que compitió en varios Juegos Paralímpicos como guía de Joan Santacana.
 
La pasión por el esquí también se transmitió a sus nietos, quienes continuaron la tradición familiar en el mundo de la competición blanca.
 
En estos momentos de duelo, la Capilla ardiente de Emiliano Galindo está instalada en el Tanatorio de la Jacetania de Servicios Funerarios del Pirineo en Jaca.
 
Su partida deja un vacío en el mundo del esquí que nunca podrá llenarse por completo, pero su legado y su amor por la nieve seguirán viviendo en cada huella que dejó en las montañas que tanto amó. Emiliano Galindo será recordado siempre como un pionero, un maestro y un amante apasionado de las maravillas que la nieve tenía para ofrecer.
 
Descansa en paz, Emiliano, y gracias por tu contribución invaluable al mundo del esquí.
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