A pesar de que la cosa parecía que iba a ser como Dios manda, un frente frío cruzaba la Península la tercera semana de noviembre, y los augurios no podían ser mejores teniendo en perspectiva el puente de la Constitución tras haber abierto la estación antes de haber acabado este mes, al final, todo ha sido un fiasco en la estación granadina de Sierra Nevada.

 

Con todo a punto, los hoteles preparados para recibir a sus huéspedes, los restaurantes y bares con las cámaras a rebosar de género y las tiendas a rebosar de material de esquí y snowboard aprovechando para ser convertidos en regalos navideños y por supuesto, todo el engranaje de la propia estación listo para ponerse en marcha, se ha ido al traste al no llegar la habitual nieve precisamente a uno de los lugares de nuestro país acostumbrado a tener año tras año las temporada más largas.

 

Tradicionalmente, Sierra Nevada es, si no la primera, aunque muchos años lo es, sí la última en cerrar y no solo de España, sino de Europa exceptuando las que disponen de glaciar como Hintertux en Austria donde se esquía 365 días al año. Normalmente, la estación más meridional del continente suele abrir sus puertas a finales de noviembre para cerrar tras el puente de mayo. Este año, por desgracia, no podrá ser así.

 

 

 

Para un gran centro de nieve como el andaluz, no haber podido ofrecer un dominio esquiable adecuado a su poderío, a día de hoy sólo puede ofrecer alrededor de 6 de sus más de 100 km de pistas -9 de las 124 que posee- y en su mayoría pistas de debutantes, supone una auténtica debacle que por mucho que vuelva a nevar, será muy difícil, por no decir imposible, de paliar tanto para Cetursa como para todos los comercios y negocios que giran en torno a la estación sin hablar de los puestos de trabajo que no se han podido cubrir debido a la escasez de manto para poder esquiar.

Según datos ofrecidos en el Ideal de Granada, en una temporada normal, Cetursa/Sierra Nevada ingresa desde su apertura hasta el 6 de enero alrededor de 8 millones de euros, un 28% de la facturación de la campaña invernal estimando unas pérdidas de 4.000.000 € para el mismo período en la presente campaña. Esto en lo que se refiere a lo que es la propia estación, es decir, pistas y remontes, sin olvidar el parking que para animar a la gente a subir, ha sido gratuito hasta casi fin de año; el forfait está de momento a precio de temporada baja. 

 

En los hoteles y alojamientos se agrava la situación. Este sector ha reducido su actividad de manera notable viendo cómo se cancelaban las reservas a medida que se acercaban estas fechas tan especiales. En un año normal, los hoteles y apartamentos de Sierra Nevada están a rebosar en fin de año, bajando ligeramente durante la semana de Reyes. 

 

 

En lo que se refiere a los negocios locales, tiendas de ropa y material, escuelas, alquileres y hostelería en general, el daño es aún más doloroso. Las ventas de ropa han caído un 75 % respecto a pasadas ediciones y las plantillas de las escuelas, por poner un ejemplo, ni siquiera se han cubierto con el 40 % de los profesores que en días tan señalados suelen tener listos para dar clases.

 

 

A pesar de todo, y aún con los ánimos por los suelos, el carácter de la gente de la nieve es duro. Los resultados, buenos o malos, para una estación de esquí son una gran incógnita desde que empieza hasta que acaba la temporada. El esfuerzo por parte de todos para que Sierra Nevada tenga buena cara a pesar de la procesión que se lleva por dentro invite a lo contrario, se ha visto plasmado en los 8 remontes que a base de cañón y ganas han permitido a Sierra Nevada, herida pero no derrotada, ofrecer al menos un poco de esquí a sus visitantes para despedir al 2015 y dar la bienvenida al 2016 con imaginación. 

 

En primavera se está de lujo en la estación granadina
 

 

La actividad de Sierra Nevada no se ha apagado durante las Fiestas; para dar respuesta a sus clientes, han surgido iniciativas como las 12 horas de esquí non-stop o el Snowpark Sulayr provisional construido en Borreguiles que han permitido a la estación granadina mantener la esperanza en condiciones tan adversas y seguir mirando al futuro.

 

 

El plan para minimizar las consecuencias de estas pérdidas en lo económico pasa por aprovechar las características peculiares de esta estación tan meridional. Alargar la primavera haciéndola llegar antes de lo previsto y estirándola hasta donde suele, puede ser la solución para que al final las heridas se vayan cerrando y todo sea un mal sueño que aunque duele en los bolsillos, no deje llegar la sangre al río. 

 

 

 

Y hablando de Río, la pista del mismo nombre, columna vertebral de Sierra Nevada, está a poco de poder inaugurarse y a nada que acompañe el frío, pronto podrá estar operativa y ahí cambian las reglas del juego para no dar por perdida la temporada. Desde el momento que se termine de innivar, supondrá un desnivel muy atractivo que los esquiadores de nivel medio y alto no dejarán pasar al poder esquiar desde lo alto del Telesilla stadium hasta la base del Telecabina en Pradollano.

La primavera llegará, como en los grandes almacenes, antes de lo previsto. No nos cabe duda que Cetursa pondrá toda la carne en el asador para tratar de paliar el problema. Una de las soluciones está en promocionar la estación durante Fitur (del 20 al 24 de enero de 2016). Sierra Nevada ya prepara un plan específico para dar caña con pases rebajados junto a sus mejores productos: el sol y la nieve del Sur, especialidades estas dos, marca de la casa dicho sea de paso. 

 

En torno a 1000 trabajadores, y otros 2000 esperando su oportunidad en los meses de enero y febrero, a los que añadir marzo, que el año pasado superó las expectativas y un abril que gracias a la gran imaginación y esfuerzo de los lugareños en promocionar la estación, arrimará el hombro para que no falte ilusión en la estación donde el Sur se viste de Blanco, aunque esta vez el "vestido" haya llegado un poco tarde. Lo que si tengo por seguro es que Sierra Nevada no se rinde.