En las etapas reina de las grandes vueltas ciclistas, los aficionados acostumbran a vitorear a los corredores en lo más alto, allí donde parece imposible llegar en bicicleta. En el Giro de Italia, una de estas cumbres míticas es la llegada a la estación de esquí de Livigno (Lombardía).

 

 

Atacando a falta de 14 kilómetros para el final, el esloveno recuperó una a una las fugas del día para imponerse en la cima con una ventaja de casi tres minutos sobre el resto de favoritos.

 

Y a pocos metros de la meta, como era previsible, le esperaban cientos de aficionados. Lo que no era de esperar es que en las últimas rampas, algunos esquiadores de freestyle sobrevolaran por encima del ciclista saltando la carretera.

 

 

 

Así lo describe el Instagram de Livigno: “Una impresionante ola rosa en altitud barrió la nieve de Mottolino y nuestros corazones que se han estado preparando para el gran día durante meses.”.

 

“Seguramente @tadejpogacar recordará con gran emoción esta decimoquinta etapa que arrancó desde Manerba del Garda y llegó a Little Tibet. Hoy se escribe historia en Livigno, una cálida bienvenida a toda la caravana de #Giroditalia. Una increíble ola rosa a la altitud barrió la nieve de Mottolino y nuestros corazones que se habían estado preparando para el gran día durante meses”.