Es una propuesta que promueve la propia estación de esquí y montaña de Astún, como actividad de verano. Gracias al telesilla de las truchas, ascendemos desde la base de la estación hasta los 2.100 metros en 10 minutos. Esto nos permite un ahorro de energía y tiempo, puesto que se trata de una subida desde los 1.600 metros de la base y puede suponer un tiempo de 1 hora. El importe del ticket de subida y bajada par adulto son 12 euros.

 

 

Se trata de una ruta de ida y vuelta, con lo cual se puede ajustar la ruta a las posibilidades de cada excursionista, podríamos dividir la ruta en 3 zonas según el tipo de personas que la quieran realizar:

 

 

 

 

 

Al final del recorrido del telesilla nos encontramos con un bar-restaurante con terraza para disfrutar de vistas impresionantes sobre Astún y al fondo veremos la estación de Candanchu, con el Aspe y la famosa Zapatilla. La ruta está repleta de ibones, unos más grandes otros más pequeños, los destacados de la ruta son:

 

 

 

 

Al ser el primer lago que nos encontramos justo al bajar del telesilla, está un poco devaluado por los senderistas, que apenas se paran a visitarlo, quizás la cercanía de las construcciones del telesilla y del restaurante le quita algo de encanto, pero merece la pena visitarlo. Tanto en este lago como en el próximo de Escalar hay truchas que fueron introducidas hace un tiempo.

 

 

 

 

Desde el telesilla donde se encuentra el Ibon de las Truchas, siguiendo por una pista de tierra para vehículos y siguiendo las indicaciones de la propia estación, al final de esta nos encontramos con el Ibon de Escalar o de las Ranas.

 

Este segundo nombre menos conocido es porque en los ibones en el mes de Julio se pueden ver los renacuajos de las ranas en las orillas. Este lago es mucho mayor que el de las truchas, al fondo de este puede quedar algún nevero, bajo la mirada del Pico de los Monjes o Moines. El camino transcurre por el lado derecho del lago y sube hasta la collada de los Monjes o Moines. Justo en la parte más alta, nos encontramos con la frontera con Francia, y entramos en el Parque Natural de los Pirineos Franceses.

 

En la entrada nos recuerdan con un cartel que entramos en un parque natural y nos indican las actividades prohibidas. Desde esta zona, ya disfrutamos de buenas vistas, vemos al fondo del valle un pequeño Ibon, Lac Paradisse y el Pic Midi d´Ossau. La ruta en la zona francesa se encuentra señalizada con unos indicadores metálicos con las direcciones.

 

 

 

 

Desde el Coll du Moines, el camino baja hasta el lago de Casterau, pasamos de la parte más alta de la travesía 2.170 metros a 1.842 metros, que después de vuelta se tendrá que subir. En la parte más baja se encuentra la bifurcación que nos lleva al Lac Casterau. Este lago ofrece una bonita panorámica puesto que el Pic Midi d ´Ossau se refleja en sus aguas. A su izquierda lo escolta una pared de piedra del Pico de Casterau. Merece una parada y unas buenas fotos.

 

En este punto podemos optar por volver al cruce o continuar con una ruta circular hasta el Lac Romassot. En nuestro caso volvemos al cruce para seguir la ruta de los ibones de Astún.

 

 

 

 

Desde la parte más baja del recorrido nos toca una buena ascensión hasta el Lac de Bersau. Es el más grande, situado a unos 2.000 metros de altura, al fondo con una pared de rocas impresionante, y en el lado contrario, la imagen emblemática del Midi d´Ossau.

 

 

 

 

Desde el Lac Bersau situados a casi 2.000 metros, subiremos hasta los 2.100 metros para llegar al lago de Gentau y cerca de él al Refugio de Ayous. Se trata de un refugio con capacidad para 47 personas, hay servicio de bar-comedor. Está abierto de julio a septiembre con todos los servicios. En invierno no hay guarda. Desde el refugio tenemos una vista impresionante del lago Gentau y del Midi d´Ossau.

 

 

 

 

Desde el Lac Gentau podemos visitar estos dos lagos con apenas esfuerzo puesto que el desnivel es mínimo.  El Lac Miey es uno de los más pequeños, continuamos el camino y llegamos al Lac Roumassot, algo más grande y para nosotros más bello que el primero. 

 

 

 

 

 

Es una ruta fácil, aunque no tan fácil como nos puede parecer si miramos el mapa de la estación. Lo bueno que tiene es que siempre la podemos moldear a nuestro gusto, incluso una vez en marcha y en función del tiempo empleado, podemos decidir volver calculando un tiempo similar de vuelta.

 

Merece también una parada en la restaurada Estación de Canfranc, la Ciudadela y el casco antiguo de Jaca.