La estación invernal de San Isidro (León) ha reabierto este martes sus pistas, tras un fin de semana complicado a causa del vendaval. Las fuertes ráfagas de viento, que alcanzaron los 150 km/h, arrancaron de cuajo los anclajes de las cintas transportadoras de la zona de principiantes y las hicieron volar hasta golpear contra los cañones de nieve artificial, algunos de los cuales -los conocidos como jirafas, que tienen mayor altura- quedaron dañados.

 

En el que debía ser el primer fin de semana en el que el levantamiento del cierre perimetral de las provincias en Castilla y León hubiera permitido la afluencia de aficionados al deporte blando de toda la comunidad autónoma, las pistas Puebla de Lillo estuvieron cerradas.

 

 

 

El vendaval afectó también el aparcamiento y los accesos a la estación y los operarios se afanaron a devolver la estructura de las cintas a su posición original, con la ayuda de nieve que se empleó como anclaje provisional, y contrapeso, para evitar que el viento volviera a empujarlas hacia las laderas del valle.

 

El sector de Riopinos ha estado cerrado. Foto lunes 22 de febrero.

 

Este martes, San Isidro ha podido recuperar la normalidad y ha abierto un total de 16 pistas y 8 remontes -34 kilómetros esquiables- y espesores de hasta 1,30 metros de nieve.