En un momento en el que las estaciones de esquí están cerradas en Francia, Italia, Alemania, Escocia y sólo para residentes en Andorra o España, Suiza o Austria o Bulgaria, en Rosa Khutor, cerca del Mar Negro, en Rusia, es posible esquiar como lo hacía todo el mundo antes de la pandemia de la Covid-19.

 

 

Lo confirman algunos esquiadores que han estado en Rosa Khutor esta misma semana: “Llevo varios años yendo allí y, francamente, no noté que había la más mínima medida particular en lo que se refiere al Covid. Pero bueno, es cierto que la mayoría de las personas esquían con un pañuelo o una máscara térmica en la cara, por lo que tienen la boca y la nariz tapadas. Cuando se trata de los remontes, me pareció que estaba al mismo nivel que otros años”.

 

A pesar de la percepción de los esquiadores, el director de Rosa Khutor, Arkadiy Markov, asegura que existen "algunas medidas de protección, pero como viajar desde el extranjero es muy complicado, tenemos menos esquiadores al día que otros años”.

 

Así por ejemplo, “pedimos que los esquiadores utilicen una máscara en los telecabinas, pero como casi todos los esquiadores ya llevan para protegerse del frío, no constituye ningún problema. Entonces, sí, los visitantes tienen la impresión que la situación es casi normal, como durante los períodos no Covid", explica.

 

 

 

Restaurantes y bares que están abiertos y sirven sin límites de comensales, así como todos los hoteles y alojamientos del resort y sus spas y otras piscinas, si las tienen. “La única normativa en vigor es mantener una distancia de 1,5 m entre las personas en el interior, especialmente en bares y restaurantes. Y pedimos evitar ser demasiados en la misma mesa”, explica Arkadiy Markov.

Restaurantes y bares que están abiertos y sirven sin límites de comensales, así como todos los hoteles, solo se debe respetar la distancia de seguridad y llevar la mascarilla, aunque no es obligatoria en exterior.

También se debe llevar la mascarilla en interiores, sobre todo en restaurantes y bares, pero es cierto que una vez que la gente se sienta a comer o tomar algo, se quita la mascarilla y la vida parece “normal”.

 

Según fuentes de la estación, “la casi normalidad es posible porque la situación sanitaria aquí también permite esta apertura. El número de pacientes con Covid ha ido disminuyendo de forma constante aquí desde principios de noviembre. La campaña de vacunación también ha comenzado.

 

Alrededor del 10% de la población de la región ya ha sido vacunada. Para los trabajadores de la estación, las vacunaciones comenzaron hace dos semanas Y, por supuesto, si tuviéramos un cúmulo de contagios, tendríamos que cerrar”, concluye.