"La sanción prevista en la Ley de Epidemias por infracciones al reglamento de entrada o medidas de emergencia es de hasta 2.180 euros por infractor". Además, a algunos se les ordenó que se hicieran una prueba PCR.

 

Si bien la famosa estación de esquí técnicamente todavía está abierta, los hoteles están cerrados para los turistas, los restaurantes están cerrados para cenar en el interior y existen estrictas restricciones de entrada en Austria. En la práctica, solo los lugareños pueden aprovechar las pistas de esquí.

 

 

La redada policial se ordenó tras la denuncia del alcalde de St. Anton, Helmut Mall, que dio la alarma esta semana porque, en su opinión, había demasiados extranjeros en el pueblo que no deberían haber estado allí debido a las reglas de Corona.

 

Al parecer, se aprovecharon de las lagunas de las ordenanzas: “Muchas personas han registrado segundas residencias y afirman tener perspectivas de trabajo. Pero actualmente no hay puestos de trabajo en el turismo”, explica el alcalde en varios medios locales.

 

El comandante de la policía del distrito, Obstlt Christoph Patigler, asegura a los mismos medios que "no se toleraría" que se rompan las reglas y que "cualquiera que intente eludir la estricta situación legal debe esperar que cumpla con la rigurosidad total de la ley”.