Tras terminar la temporada de verano con el Bike Park, se empezaron los trabajos para tener la estación de invierno lista a la mayor celeridad. Según la estación, “han sido unas semanas de mucho trabajo, y esfuerzo por parte del personal de La Pinilla y esperamos que el público de Castilla y León se anime a venir a esquiar, conocer nuestro entorno y disfrutar de los servicios de la zona”;

 

 

La Pinilla aún tiene esperanzas de que se apruebe un salvoconducto con la comunidad de Madrid, ya que el madrileño representa el 80 por ciento de nuestro negocio. De ahí para arriba. A nosotros nos interesa que el madrileño pueda venir; si no, va a ser un año muy complicado de mantener.

 

Solo con la gente de Castilla y León va a ser muy difícil”, subraya el presidente del consejo de Administración de La Pinilla S. A. y alcalde de Riaza, Benjamín Cerezo, en declaraciones a El Adelantado de Segovia.

 

La Pinilla abrirá con la incertidumbre de ver si la empresa es o no viable y no se descarta que, si va poca gente de Castilla y León, a lo mejor haya que tomar la decisión cerrar.

 

La parte logística de la instalación, desde los telesillas al resto de maquinaria, hace semanas que estaba a punto, pero no ha sido hasta los dos últimos días que se ha empezado a fabricar nieve. “Como sabíamos que se avecinaba nieve, hemos esperado a ver qué nevada caía”, explica el alcalde de Riaza.

 

 

El lunes ya había caído medio metro en las zonas intermedias, el llamado Gran Plató. Por encima de los 1.800 metros hay nieve suficiente, pero por debajo de esta altitud hay poca. Por eso, los responsables de la instalación empezaron ayer a fabricar nieve para surtir a la zona que va desde los 1.800 metros hasta los 1.500, donde está situada la entrada del telesilla Super Express.

 

Pese a la caída abundante de nieve, el problema de La Pinilla, muy expuesta al viento, es la distribución. El resultado es que hay zonas con más precipitación y otras en las que el viento ha desplazado la nieve. Por eso, los operarios se pasaron el día de ayer ‘pisando’ para repartirla de forma equitativa.

 

Como hay pistas con más nieve que otras, de este reparto y de la previsión de visitantes dependerá cuántas pistas pueden abrirse en un primer momento.