¿Realmente todos los suizos saben esquiar o mejor dicho les gusta hacerlo?
Recuperando la pasión por el esquí en Suiza
La realidad es que el número de visitas a los centros de esquí en el país helvético está disminuyendo constantemente en los últimos años. En parte esto se debe al encarecimiento del sector que se produjo hace unos años con el ascenso del valor del Franco suizo.
Sin embargo, se observa una disminución a nivel global y sobre todo occidental del número de aficionados, lo que no ha hecho ninguna excepción, ni siquiera con la montañosa Suiza. Según los informes de el ya famoso (y suizo) Lauren Vanat, el descenso del sector del esquí en occidente es claro y va en aumento, por contra el incremento de la afición que se está produciendo en oriente, con China a la cabeza, consigue compensar a efectos globales este retroceso.
Una encuesta llevada a cabo en los últimos años por la asociación suiza de operadores de remontes (RMS), refleja unos datos muy interesantes. Dos tercios de los visitantes de las estaciones suizas son locales y la gran mayoría con edades inferiores a los 30 años o superiores a los 50. La población entre dichas edades parece estar desapareciendo de las pistas.
La gran mayoría de los esquiadores locales en Suiza tienen dades inferiores a los 30 años o superiores a los 50. La población entre dichas edades parece estar desapareciendo de las pistas.
Esto es un auténtico calvario para las estaciones, sobre todo, porque los visitantes en este rango de edad son los que suelen tener más dinero para "actividades extra" y no se restringen únicamente a comprar el forfait.
Una de las causas más claras de estos resultados (a parte del encarecimiento del forfait) es el abaratamiento del transporte global. Hoy en día puede resultar mucho más barato pasar la semana blanca en una playa del Caribe disfrutando el sol con toda la familia que deslizándose por las laderas de una hermosa montaña suiza.
Sass Fee, una de las estaciones más activas en sus pfertas para captar esquiadores, foto Lugares de Nieve
El suizo se abre así poco a poco a otras posibilidades, dejando de lado lo que ya conoce de sobra y tiene a la vuelta de la esquina. Además, hay muchos suizos que no saben esquiar, o que a lo mejor lo aprendieron de pequeños, pero no lo han vuelto a practicar. En Suiza hay una especie de obligación a saber esquiar, parece que sólo por ser suizo ya debes de estar al nivel de Lara Gut, pero la realidad es bien diferente.
Si bien la gran mayoría de suizos ha esquiado alguna vez en la vida, no todos continúan y muchos incluso lo odian.
Ante estos resultados negativos, las estaciones suizas han empezado a reaccionar desde hace un par de años con diferentes medidas, como las ya archiconocidas ofertas de Saas Fee o Andermatt, donde el forfait de temporada te cuesta 222 francos suizos o el pase de un día hasta 10 francos. También con miras al futuro e intentando que los jóvenes no se desvíen hacia otros destinos turísticos, se están aplicando muchas ofertas por las que los niños esquían gratis, o las clases de esquí están incluidas en el forfait. O paquetes donde te aseguran aprender a esquiar en nada más que tres días. También se están promocionando campañas como goSnow en las que se intenta que los niños vuelvan a los campamentos de esquí, lo que parece estar teniendo mucho éxito ya que el número de participantes está aumentando en los últimos años.
La nieve es el elemento clave
Sin nieve no hay esquí. Por eso las estaciones dedican cada vez más recursos a garantizar el blanco elemento durante el máximo tiempo posible. La innivación comienza incluso antes de que la nieve caiga de forma natural y dura hasta bien entrada la primavera. Esto obviamente aumenta los costes, lo que se ve reflejado luego en el precio del forfait. Se calcula que la inversión anual de una estación por cada kilómetro de pista es de un millón de francos suizos.
(Dani AMMANN www.daniammann.com)
Muchos de los esquiadores de entre 30 y 50 años son freelancers o pueden trabajar desde casa. De ahí que muchas estaciones, como Laax, hayan ideado un concepto muy interesante donde ofrecen espacios de "co-working" en la propia estación, para que estos trabajadores puedan combinar su jornada laboral con unos descensos por sus pistas favoritas.
El Futuro
La investigadora de la universidad de Berna, Therese Lehmann Friedli, asegura, no obstante, que, pese a todos los esfuerzos, las cifras seguirán reduciéndose y llegarán a estancarse. Por ello, las regiones alpinas deberían abandonar un modelo centrado casi en su exclusividad en el turismo y en el crecimiento y optar por otros modelos que hagan de estas zonas más un espacio vital que turístico.
Aun así no parece estar todo perdido y las estaciones, con sus muchas ofertas y arriesgadas iniciativas, parecen estar encontrando el buen camino que puede resultar acabando con un balance positivo.
Fuente swissinfo.ch
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