Si te gusta la montaña y las emociones fuertes pero no descartas las comodidades de la suite de un buen hotel, quizá te convenga saber más acerca de lo último en acomodación de altura: el Skylodging

 

Desde ahora, y en uno de los lugares más mágicos del mundo, el Valle Sagrado en el Cuzco, en pleno corazón de los Andes de Perú, existe un curioso hotel, el Sky Lodge Adventure Suites de Natura Vive en el que dormir en una suite completamente transparente con sobre el valle y admirar sus noches adornadas por las estrellas y la Vía Láctea literalmente colgados 120 m sobre el vacío y el camino del Inca.

 

 

Se trata de unas innovadoras cápsulas totalmente transparentes que permiten pernoctar, mejor dicho, lo que tradicionalmente se ha llamado vivaquear o hacer vivac, pero cambiando el saco de dormir por una cabina acristalada y que cuenta con las máximas comodidades. 

 

 

Los módulos de vivienda vertical (MVV), que así se llama el invento creado por Natura Vive son cada uno una suite aventura que consta de cuatro camas, comedor y por supuesto baño privado. Cada cabina está construida en aluminio aeroespacial y policarbonato, una resina transparente y de alta resistencia con unas dimensiones de 7,5 m de largo x 2,60 m de alto y ancho.

 

 

La iluminación en cada módulo es enteramente ecológica, gracias a los paneles foto-voltaicos que permiten almacenar energía en baterías para alimentar 4 lámparas en el interior. Además de estas lámparas cada cama tiene una lámpara de libro solar.

 

El baño, dividido del resto del módulo con la ayuda de una pared aislante del ruido consta de un sanitario o baño seco y un lava manos; Una cúpula inodora con maravillosas vistas que solo tiene un inconveniente, la presencia incómoda de algún cóndor curioso, aunque siempre podrás correr las cortinas que tiene instaladas para lograr la más absoluta intimidad. 

 

 

A las "habitaciones" no les faltan detalles para el confort: colchones, almohadas, edredones de pluma y sábanas de excelente calidad que aseguran que las noches resulten cálidas y placenteras colgando sobre el vacío.

 

Aunque las habitaciones disponibles son tres: Luna, Silves y Miranda se llaman, pero solo dos las ocupan los clientes, hasta ocho en total, ya que una de ellas es para el servicio y que no falte un buen desayuno a la mañana o un cóctel al anochecer.

 

 

El acceso a las habitaciones es un poco complejo aunque no menos emocionante ya que a ellas se llega mediante un puente colgante y la ascensión por una vía ferrata o directamente a través de una tirolina. Una vez dentro, no es necesario permanecer atado con el arnés de seguridad pues los módulos solo tienen una entrada situada en el techo de la estructura, por lo que es literalmente imposible ya que no existen ventanas.. 

 

El precio por noche ronda los 300 dólares, una bagatela si tenemos en cuenta que este hotel posee miles de estrellas al alcance de la mano.

 

El vídeo