El incendio del funicular de Kaprun, 155 muertes en la peor tragedia de la historia de Austria
El incendio del funicular de Kaprun, la peor tragedia de Austria
En 1974 se inauguró un funicular que uniría el pueblo de Kaprun con el glaciar Kizsteinhorn. El trayecto, que duraba unos 9 minutos, discurría durante 3,3 kilómetros, de sus 3,9 totales, por un túnel cavado en la montaña. Como muchos otros funiculares de Los Alpes se trataban de dos coches, uno para el ascenso y otro para el descenso, que viajaban por un único raíl común. En medio del túnel este raíl se doblaba para permitir el paso de los dos vagones en sentidos opuestos.
Las instalaciones no contaban con combustibles ni conductores, simplemente un sistema eléctrico de bajo voltaje para mover las poleas que desplazaban el tren, tanques hidráulicos para el sistema de frenado y un operario encargado de la apertura y cierre de puertas. Cada tren estaba compuesto de 4 vagones capaces de albergar 180 personas en su conjunto y de dos cabinas (una a cada lado) donde se alojaba el operario de turno.
Como se demostró posteriormente, las instalaciones carecían de los sistemas de seguridad apropiados. No había detectores de humo, los extintores de incendio no estaban al alcance de los pasajeros y éstos no tenían comunicación directa con el operario, ya que las cabinas estaban separadas. Estos son algunos de los fallo de seguridad que se dieron. Al parecer, los constructores no dieron mucha importancia a las medidas de seguridad contra incendios al considerar que la probabilidad era casi nula ya que nunca antes había sucedido algo similar.
Sin embargo, en 1993 se realizó una modernización del sistema, y aunque las medidas de seguridad se cumplieron como en la instalación original, esta última modernización introdujo elementos en los vagones a los que no se aplicaron medidas estrictas y que aumentaron el riesgo de incendio.
El 11 de Noviembre de 2000, y con 161 personas a bordo más el operario, un calefactor eléctrico de la cabina trasera se incendió por un fallo de diseño. El incendio quemó unas tuberías de caucho del sistema hidráulico de frenado provocando a su vez una frenada de emergencia a unos 600 metros ya dentro del túnel. Cuando unos minutos después, el operario se dio cuenta del incendio, intentó abrir las puertas pero al ser éstas hidráulicas y por tanto haberse visto afectadas de forma directa por el fuego, no funcionaron. Para más inri el fuego quemó un cable de alimentación impidiendo la comunicación del operario con el centro de mandos y dejando además a toda la estación de esquí sin electricidad.
12 Personas situadas en el vagón trasero consiguieron escapar a través de una ventana y siguiendo los consejos de un ex-bombero, se dirigieron por el túnel montaña abajo, lejos del fuego, el calor y el humo.
Otros pasajeros tuvieron la mala suerte de perder la consciencia por los humos tóxicos antes de poder abandonar el vagón cuando el operario finalmente consiguió abrir las puertas. Ya con las puertas abiertas los demás pasajeros decidieron escapar montaña arriba.
El túnel se comporta como una chimenea gigante por lo que succiona oxígeno por la parte inferior y expulsa el calor y el humo por la superior. Así que estos últimos pasajeros no pudieron escapar a los gases y murieron intoxicados y después carbonizados. La misma suerte corrieron el operario y el único pasajero del tren que bajaba en sentido contrario.
Algunos trabajadores de la estación superior se percataron del humo y abandonaron el recinto dejando las puertas abiertas, lo que fue otro grave error al favorecer así el efecto chimenea. Otros 4 trabajadores no lograron escapar a tiempo y 3 de ellos murieron asfixiados mientras que a uno se le consiguió rescatar a tiempo.
Una año después, la investigación determinó que el calefactor había sido diseñado para uso doméstico y no para este tipo de instalaciones. El incendio se produjo al entrar en contacto un filamento incandescente con la carcasa de plástico. Una fuga de fluido hidráulico avivó las llamas y al perder presión produjo la parada de emergencia.
El túnel fue cerrado y tapiado con cemento y las estaciones abandonadas. No se ha vuelto a usar desde entonces y ha sido sustituido por el funitel Gletscher jet 1. En la actualidad se están construyendo el jet 3 y el jet 4 como puedes leer en este artículo
Recientemente se ha especulado con la posibilidad de reabrir la vía pero únicamente para el transporte de mercancías y no de personas.
Pese a que tras varios juicios no se pudo encontrar un culpable, se consiguió que por primera vez en la historia de Austria se indemnizase a las víctimas de forma voluntaria con una cifra total de 13,9 millones de euros.
Cerca de la estación del teleférico se encuentra hoy en día un monumento memorial de las víctimas de la tragedia.
Allí se reunen sobrevivientes, voluntarios, empleados de los remontes del glaciar, etc. Incluso políticos. El monumento está dedicado a todos los muertos con su propio nicho. Muchos han sido cuidadosamente decorados con fotos, premios y objetos personales.
Descansen en paz.