En una revuelta política que ha sacudido a la famosa estación de esquí de Cervinia, ubicada al pie del majestuoso Matterhorn y parte de la región autónoma del Valle de Aosta Italia, los lugareños se encuentran divididos por un cambio de nombre que ha desencadenado controversias y tensiones tanto a nivel local como nacional.

 

La estación alpina, conocida durante décadas como Cervinia, volvió temporalmente a su nombre prefascista, Le Breuil, el pasado jueves, desencadenando una serie de eventos que han dejado a la pequeña ciudad alpina sumida en una polémica sin precedentes.

 

 

Conocida durante siglos como Le Breuil, la estación alpina pasó a llamarse Cervinia en 1934 como parte de la campaña de Mussolini para italianizar los topónimos franceses y alemanes a lo largo de la frontera norte de Italia.

 

 

 

El jueves, el ayuntamiento abandonó Cervinia y volvió a utilizar Le Breuil, un nombre derivado del dialecto valdôtain del franco-provenzal que se habla en la región del Valle de Aosta.

 

 

 

Los opositores argumentan que el cambio podría tener consecuencias económicas negativas, creando confusión entre turistas habituales y nuevos visitantes potenciales, lo que podría resultar en una disminución de las visitas.

 

La controversia también se ha extendido al ámbito político, donde miembros del partido Fratelli d'Italia (FdI), incluido Fabio Rampelli, vicepresidente de la Cámara de los Diputados, han calificado el cambio de nombre como "inconstitucional". Alessandro Urzì, consejero regional de Trentino, incluso comparó la medida con la ideología talibánica.

 

La ministra de Turismo de Italia y destacada figura de la FdI, Daniela Santanchè, expresó su incredulidad en un video publicado en redes sociales, preguntando al ayuntamiento: "¿Están locos?".

 

Santanchè instó a las autoridades locales a reconsiderar la decisión, destacando la importancia de la marca Cervinia en la promoción de Italia como destino turístico.

 

La reacción pública y política llevó a la alcaldesa de Valtournenche, Elisa Cicco, a revertir la decisión, anunciando que se han iniciado los procedimientos para restablecer el nombre de Breuil-Cervinia.

 

Sin embargo, la oposición persiste, y se espera que el proceso para rectificar la denominación sea complicado y lleve tiempo.

 

 

El cambio de nombre de Cervinia a Le Breuil ha dejado al descubierto tensiones culturales y políticas, resaltando la importancia de los nombres en la construcción de la identidad local.

 

Mientras algunos defienden la preservación de la historia y la cultura regional, otros argumentan que la marca Cervinia es esencial para la economía local y la promoción turística de la región.