Este viernes, las estaciones de esquí La Molina, Espot Esquí y Port Ainé, pertenecientes al grupo FGC, han sufrido la primera jornada de paros parciales convocados por la sección sindical de los trabajadores.

 

 

La protesta ha provocado la paralización de parte de las instalaciones de los complejos de esquí. Se calcula que un tercio de los trabajadores de La Molina han secundado el paro, mientras en Por Ainé y Espot casi todos los remontes han dejado de funcionar.

 

Desde FGC, su directora de Organización y Personas, Juliana Vilert, ha criticado la convocatoria de la huelga argumentando que las peticiones de los trabajadores, como incrementos salariales y la rebaja de jornada laboral, están por encima del "límite legal".

 

El secretario del comité de empresa de las estaciones de esquí de FGC, José Antonio Rodríguez, ha explicado que llevan 13 años con el convenio caducado y que hace un año que han dado "confianza" a la empresa para renovarlo.

 

 

Rodríguez ha destacado que han esperado a recibir todas las propuestas de la empresa y no han convocado la huelga en fechas de gran afluencia turística, como las Fiestas de Navidad o en la temporada alta de enero y febrero. Lo han hecho ahora, cuando hay "menos repercusión" frente al "inmovilismo" de FGC.

 

Los paros parciales se han realizado de 10 de la mañana a la una de la tarde. Según Rodríguez, en Espot se han cerrado todas las instalaciones, y en Port Ainé, todas menos la cinta, porque hay una persona que no ha querido hacer huelga.

 

 

Por su parte, Juliana Vilert ha asegurado que entienden que no hay ninguna razón que justifique el conflicto y ha destacado que la negociación se ha llevado a cabo con "total normalidad" desde octubre.

 

Ha subrayado que se ha avanzado mucho en los capítulos del convenio colectivo, que es una "norma compleja porque aborda todas las condiciones laborales".

 

Según Vilert, ya llevan cerca de 70 páginas redactadas y acordadas del nuevo convenio, y la voluntad de FGC es cerrarlo antes de terminar la temporada ya que, de lo contrario, quedaría pendiente para la próxima temporada.

 

Vilert ha reiterado que, como empresa pública, FGC no tiene capacidad para mejorar las retribuciones ni reducir las horas de la jornada laboral y ha lamentado que la huelga perjudique a la gente del territorio y a los participantes del campeonato del mundo en La Molina, llegados de 10 países distintos con sus equipos técnicos y acompañantes.