Las pruebas de esquí de fondo y de biatlón no son, a priori, las estrellas de unos Juegos Olímpicos de Invierno, donde el esquí alpino es el auténtico rey.

 

 

 

Las cifras tanto a nivel de audiencia como a nivel de derechos de TV, están en algún caso por encima del esquí alpino. Por ejemplo, el récord de entradas vendidas en un mundial corresponde al esquí de fondo en el 2011.

 

 

Volviendo a la fallida candidatura española para 2030, el reparto del esquí de fondo y el biatlón han sido uno de los motivos de desencuentro entre Catalunya y Aragón -además de la repartición de las pruebas de esquí alpino-. No hubo consenso.

 

 

Uno de los motivos esgrimidos para incluir Aragón en la candidatura impulsada inicialmente desde Barcelona, fue minimizar los costes de crear nuevas instalaciones en el Pirineo catalán, además de las inevitables afectaciones al medio natural para que se puedan disputar las pruebas de esquí de fondo y el biatlón 

 

Si bien, es cierto que, en Aragón, en Candanchú, también requerirían de una buena inversión, pues las pistas actuales no sirven para un evento como las Olimpiadas, se tendría que cambiar o acondicionar casi todo, el espacio actual es muy limitado para una competición de esta envergadura.

 

Las instalaciones para las pruebas de fondo y Biathlon exigidas para disputar unas Olimpiadas son de las que más terreno precisan y los costes también son elevados. En resumen, unas pistas de estas características hoy no existen en ningún lugar en España. El lugar elegido finalmente requerirá de importantes obras y de una considerable inversión.

 

 

 

En Catalunya, la Generalitat en el primer proyecto de 2012, sugería el Pla de les Forques en la Cerdanya, este lugar quedó descartado por el impacto ecológico. Recientemente se pensó hacer estas pruebas en el Pla d'Anyella, a un kilómetro y medio de La Molina, pues su cercanía a la estación se traduciría en un "aprovechamiento de servicios cercanos como son la red eléctrica, las comunicaciones, las sinergias con el personal de explotación de las instalaciones". Sin embargo, esto suponía una inversión temporal de 18,5 millones o una inversión permanente de 25,1 millones, según figura en los informes del Govern.

 

Además, una pista de esquí de fondo en el Pla d’Anyella no era vista con muy buenos ojos por el Comité Olímpico Internacional (COI), que quiere evitar en la medida de lo posible construir infraestructuras en zonas nuevas. Por contra, está ubicada entre las cotas 1.500 y 1.700 metros, el requisito de altitud que pide el COI.

 

 

 

Se trata, por ahora, de un borrador que define pocos detalles más, pero cuyos trazados ya permiten ver que, en el caso de Montgarri, se deberán resolver aspectos como la longitud de los circuitos -con un máximo de 7,5 km para las pruebas de 50 km (6 vueltas + 1 vuelta de 5) y de 5 km para los 10 km y 15 km.

 

También se deberá tener en cuenta (pensando en las televisiones) como se podrá visualizar todo el circuito, el desnivel máximo que hay que respetar e igualmente que sucede en caso de que se tenga que suspender la bajada a Montgarri, por el corredor de avalanchas que baja por la cara norte del Dossau.

 

Por ello, es más probable que se queden en Parros, donde además pasa la tubería que coge agua del barranco de Forcalh siguiendo toda la pista que sube a Beret y que alimenta el sistema de nieve producida.

 

Según técnicos consultados por Lugares de Nieve, el estadio de fondo requiere unos 300 metros de largo por 100 metros de ancho, como mínimo, y la única zona por debajo de la cota 1.800 en Beret es donde está la necrópolis.

 

Una solución podría ser ubicar el estadio en la zona de la Cabana de Parros, a 2 km de Beret. De ser así, sí sería posible un circuito en bucles que bajara hasta Montgarri, con un doble paso en la zona de Can Cabau.