En la comparecencia del Govern para anunciar las nuevas restricciones para los próximos 15 días, Budó destacó que “si ahora somos capaces de allanar la curva, si somos capaces de reducir datos epidemiológicos, con mucha probabilidad podremos garantizar campaña de Navidad en el comercio, turismo, restauración... Y pienso también en que la temporada de esquí se podrá mantener y preservar. Debemos trabajar para que esto sea así", añadió.

 

Motivos hay, porque el esquí es uno de los motores económicos de las comarcas de montaña. Solo en Catalunya, genera 374,3 millones de euros en valor añadido bruto cada año (VAB), una magnitud macroeconómica que mide el valor total creado por un sector, país o región.

 

 

En comparación, más esquí que cualquier otra región de España, Andorra o el Pirineo francés (Aragón - 390 km, Andorra - 303 km, Pirineo Francés - 232 y Sierra Nevada - 110 km).

Estas cifras se traducen, económicamente hablando, en 5,3 euros generados por cada euro ingresado en concepto de forfait y 9,1 euros generados por cada euro invertido en el desarrollo de la actividad del esquí.

 

Las estaciones de montaña generan 3.130 puestos de trabajo, atraen otras actividades complementarias, generan riqueza, conectan y facilitan el desarrollo económico local.

 

La Generalitat las considera las "industrias" del Pirineo porque ayudan a fijar la población al territorio y les aporta servicios, oportunidades y calidad de vida.

 

En los territorios que las acogen, las estaciones de esquí son un factor de fijación de la población en el territorio; generadores de oportunidades de futuro y prosperidad en zonas alejadas; un polo de atracción de actividades económicas diversas en el sector terciario (deporte, ocio, turismo, hostelería, comercio, servicios ...); y un elemento crítico en el mantenimiento de las vías y líneas comunicaciones entre los territorios de montaña y las capitales.