El piloto español ha pagado caro un resbalón en la arrancada en una manga muy ajustada y, pese a un pilotaje y unas velocidades al nivel de los mejores (136,7 km/h en el punto de medición) se ha quedado a las puertas de clasificarse para la segunda manga.

 

Ander Mirambell mostraba, en primer lugar, la frustración por el resultado en relación a las sensaciones acumuladas durante los días previos: “Los entrenamientos habían sido magníficos, de los mejores del año. Ayer estuve incluso marcando las velocidades punta absolutas más altas, pero hoy nos hemos llevado poco premio y no hemos cubierto el objetivo”.

 

El español ha empujado mejor el trineo que el año pasado, pero un resbalón ha castigado de modo casi decisivo sus opciones: “He salvado la caída de milagro, pero lo peor es que sin esa décima perdida habríamos casi llegado al top 20. Porque el pilotaje ha estado a un nivel muy alto. Salvo un pequeño error en la penúltima curva, en la que he rozado el muro, he estado cómodo, llegando a 136,7 km/h de punta en un día en que sólo los mejores han pasado al 137. Esta marca con una salida así es para estar contento”.

 

En la actuación de Ander se ha cruzado un enemigo inesperado en Saint Moritz, el orden de salida, unido a la meteorología: “En este circuito salir al final suele ser beneficioso, pero hoy el tiempo ha causado lo contrario. Las temperaturas han subido por encima de cero en la parte alta de la pista, ablandando el hielo y creando una especie de pasta que ha ralentizado los primeros sectores de la pista. Esto ha quedado evidenciado en la segunda manga, en la que no se han mejorado los tiempos. Nos ha faltado algún detalle de configuración del trineo para compensar este hándicap”.

 

Ander Mirambell se centrará ahora en seguir afinando su puesta a punto de cara al Mundial en el circuito de Altenberg. A esta semana de entrenamientos seguirá su trabajo como entrenador durante el Mundial Júnior, y luego de nuevo regresará a Saint Moritz para el primer Campeonato de España.