Hay poca nieve en las estaciones de esquí ¿Soluciones?
Candanchú 2 de diciembre de 2018. La niebla y la lluvia acabaron con la nieve en pocas horas.
Es una de estas temporadas donde algunas inversiones realizadas adquieren el mayor de los sentidos y actualmente no disponer de modernos equipos de producción de nieve significa perder en algunos casos un 40% de los ingresos si le sumamos el Puente de la Purísima/Inmaculada, pensando en que vaya a nevar o a tener condiciones para fabricar nieve en enero.
Por otro lado, es un hecho demostrado que la temperatura media se está incrementando, aunque también es cierto que en el caso de los Pirineos es más acentuada en verano que en invierno, manteniéndose la precipitación durante estos últimos decenios (de media apenas ha bajado un 2,3% en el Pirineo catalán).
Temperaturas medias invierno en España (1965-2018) fuente AEMET:
Por lo tanto, los datos nos dicen que no nieva ni llueve menos que antes. También parece ser que el mar, al estar más caliente en otoño que hace unos años, tiene una afectación más directa sobre la entrada de bajas temperaturas en estos últimos meses del año. La extrema variabilidad característica de nuestro clima se percibe en los dos gráficos de AEMET que acompañan este artículo y los expertos piensan que la misma puede acentuarse en los próximos años.
Precipitaciones medias invierno en España (1965-2018) fuente AEMET:
Ya desde hace años se discute el modelo a seguir por las estaciones debido al cambio climático que ya tenemos encima. Algunos dicen que hay que apostar por otras propuestas Outdoor para sustituirlo, pero lo cierto es que el esquí, como motivación primaria para realizar un desplazamiento, no tiene sustituto.
Es como si pensáramos en ir a hacer cayac a un embalse durante unas vacaciones o un fin de semana y éste se encontrara seco, sin apenas agua. Lo más probable es que, aunque ese destino ofreciera otras propuestas, no iríamos a ese lugar ya que nuestro interés se centraba en hacer cayac y nos desplazaríamos a otro embalse que tuviera agua y que pudiera ofrecer similares atributos y servicios que el previsto.
Para entendernos, si durante estas fiestas teníamos previsto ir a esquiar a una estación del norte de España, probablemente y al no haber nieve en éstas, nos desplazaríamos a una estación de otra cordillera o macizo que sí tuviera. Por otro lado, todos aquellos que han sustituido la nieve por otra propuesta ofrece una oportunidad a las estaciones en saber cuáles han sido estas preferencias y si estas son uniformes o dispersas.
Los modernos cañones son claves para asegurar las temporadas de las estaciones de esquí. Foto Technoalpin
¿Y qué puede hacer esta estación que no tiene nieve?
Nuestra opinión es que no es un problema de esa estación en concreto, sino de país. En España se realizan más de 5 millones de días de esquí (han llegado a ser casi 7 millones) que generan miles de puestos de trabajo directos e indirectos durante 4 o 5 meses al año. Valles enteros sobreviven gracias a la nieve y estamos viendo como estaciones privadas con pérdidas o con grandes deudas las incorporan la Administración ya que su cierre significaría también el despoblamiento y la muerte de esos pueblos de montaña.
Es cierto que las pérdidas de éstas significan un desembolso que se pagan con los impuestos y si se destina recursos para esta partida no se destinan para otras, pero también hay que tener en cuenta lo que genera cada esquiador (por cada euro que deja en la estación, deja entre 3€ y 8€ en el territorio, en función del destino). Por lo tanto, hay que reflexionar sobre ello ya que este sector genera riqueza. También hay que tener presente el coste de oportunidad, es decir, si un esquiador no va a una de estas estaciones, ¿a cuál iría o qué hace?
El diferencial de IVA beneficia a unos y perjudica a otros
También se pone de relieve en ciertos sectores que las estaciones próximas a España como las andorranas están invirtiendo continuamente y que están por delante. Es cierto, pero también lo es que su “IVA” es del 4,5% y el nuestro superior, teniendo unos precios de venta similares a los españoles. Es decir, cada año en su bolsillo se encuentran con unos cuantos millones de euros más para poder acometer inversiones.
Con esto no quiero desmerecer el esfuerzo que se hace desde el país vecino, ya que, por un lado, tienen a grandísimos profesionales que gestionan las estaciones (el dinero no lo es todo y hay estaciones en Andorra que hasta hace poco tenían cuantiosas pérdidas y le han dado la vuelta) y por otro, saben a dónde quieren ir, algo de lo que adolecen algunos centros españoles. Hay que felicitarles.
Volviendo al párrafo anterior, en síntesis y sin entrar en otras variables como la gestión, comercialización, situación, etc, nos encontramos con que:
- La mayoría de las estaciones tienen pérdidas.
- La mayoría de las estaciones son públicas.
- La tecnología avanza, pero cuesta dinero, muchísimo dinero. Como ejemplo, los márgenes de temperatura/humedad para producir nieve ahora no son los mismos que hace 20 años; por lo tanto, la renovación es vital para poder abrir durante 4 meses al año. Por otro lado, ya existen superficies como Neveplast donde se puede esquiar y que no necesitan cañones, ni máquinas pisanieves, siendo una solución para poder abrir durante todo el año y asegurar la temporada en el caso de que no nieve e incluso ofrecer cotas más bajas que las actuales.
- Si la gran mayoría de estaciones tiene pérdidas, no pueden acometer inversiones con lo que cada vez son menos competitivas y en un futuro a medio plazo, quizás abocadas al cierre.
- Existe presión por parte de la población para que no se destinen recursos económicos a instalaciones públicas con pérdidas que se suceden año tras año.
- Las estaciones generan riqueza; su cierre perjudica a extensos territorios y a las personas que lo habitan.
Por lo tanto, sin inversión no hay futuro para la gran mayoría de estaciones españolas con lo que al ser un sector de vital importancia y además están repartidas por medio territorio nacional, a nuestro entender se deberían tomar medidas de manera urgente.
Pensamos que la primera solución sería pedir que el IVA se redujera al menos durante unos años y ese diferencial obligar a las estaciones a realizar inversiones, aunque su cuenta de resultados siguiera siendo negativa. Esas inversiones, además de crear puestos de trabajo en el sector con lo que la pérdida inicial de ingresos se minimizaría, deberían servir para que en el plazo de unos años este resultado fuera positivo, pero con actuaciones realistas y justificadas, todo ello acompañado de campañas para incorporar a nuevos esquiadores.
El snow-farming consiste en reunir grandes pilas de nieve durante el invierno y taparlas luego durante el verano con lonas fabricadas con telas especiales que repelen el calor, aunque el serrín y la paja también da buenos resultados. Con este sistema, más de dos tercios del volumen de nieve inicial se conservará de una temporada para otra. Más información.
Esta propuesta incentivaría la comercialización por parte de las estaciones ya que cuanto más facturaran, más recursos económicos obtendrían para invertir y no caer en el conformismo de abrir las puertas y esperar a que vayan esquiadores.
Por supuesto, estas inversiones deberían realizarse en la propia estación, por un lado, para asegurar la temporada y por otro lado, para incorporar propuestas 4 estaciones (todo el año) y no en otros sectores como el de la construcción ya que ésta debería motivarse gracias a las primeras.
Sembrar ahora para recoger a medio plazo, el debate está servido.
Òscar Balsells
restneige
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