Tal vez alguien todavía no lo sabe, pero en la estación italiana del Passo dello Stelvio del mismo nombre que el famoso puerto que conecta la Valtellina con el Tirol del Sur, se puede esquiar durante todo el verano. El viernes 1 de junio, será el primer día de apertura de las instalaciones y pistas de esquí y como es tradición, el día de apertura es una gran fiesta en la estación italiana con animados eventos para celebrarlo.

 

El verano pasado las altas temperaturas de agosto obligaron a cerrar el glaciar antes de tiempo debido a las malas condiciones de la nieve.

 

 

El resort alpino del Passo dello Stelvio se extiende a lo largo del glaciar de Stelvio. Las pistas están dominadas por las altas montañas de los Alpes del Ortler. El paso, concretamente, está situado entre la Lombardía y el Trentino Alto, además es muy famoso por ser el puerto más duro del Giro de Italia.

 

Es una de las estaciones de esquí con mayor altitud. Nada menos que a 3.450 m se sitúa la cumbre de la montaña Cristallo Pass, la base de la estación está en los 2.758 m. Es una de las pocas estaciones en Europa que solamente abre en verano, el resort no funciona en invierno porque las condiciones climáticas son muy duras en plena temporada de esquí y el puerto está cerrado.

En términos esquiables, la estación ofrece unos 12 kilometros esquiables con un total de ocho pistas: 7 pistas azules para fácil a medio, 1 pista roja de nivel intermedio a avanzado y 1 fuera pistas marcado de color negro. Para acceder a ellas, tenemos un total de seis remontes; cuatro arrastres y dos teleféricos, incluyendo el innovador Trincerone-Livrio que, con un sistema particular de cuerdas de arrastre, garantiza la máxima seguridad incluso con fuertes vientos cruzados...

 

 

Una de las ventajas de Stelvio es su horario de apertura, hasta las cuatro y media de la tarde (aunque en pleno verano a las cuatro de la tarde la nieve ya está muy húmeda). Gracias a su evidente cota y situación en el interior de los Alpes, se puede esquiar sin relativos problemas desde mayo a noviembre.

 

Además de las propias pistas, la estación se inscribe en un parque natural donde quedan restos del convulso pasado siglo XX, como la sinuosa carretera que mandó construir el emperador Francisco II de Austria o las trincheras y fortificaciones usadas por austriacos e italianos durante la Primera Guerra Mundial.