Bode Miller, el campeón de esquí alpino norteamericano, dejaba la máxima competición en febrero de 2015 a causa de una grave lesión mientras luchaba por la Copa del Mundo  en Beaver Creek (EE.UU). Ahora, a sus 39 años, se plantea su regreso al Gran Circo Blanco el próximo octubre en Sölden.

 

Sin embargo, el corredor estadounidense no lo tiene nada fácil. Con contrato en vigor con la marca de esquís Head, Miller se convertía hace un año en embajador de Bomber Ski, lo cual hace incompatible su participación a pesar de que su contrato finalizaba con aquellos en 2015. Pero que una cláusula firmada por él, le impedía participar hasta pasados dos años de su finalización.

 

Ahora, bajo el soporte de Bomber, una pequeña empresa neoyorquina, si la comparamos con el gigante Head, que fabrica a mano los esquís en los Alpes italianos, "el Gran Bode" siente en sus piernas la necesidad de volver a competir en la vibrante Copa del Mundo de Esquí Alpino. 

 

 

Y para ello, ha presentado en la Corte Federal de Los Ángeles, una demanda para conseguir que desde los juzgados californianos le eximan del cumplimiento de dicha cláusula y pueda estar en la línea de salida del Glaciar de Rettenbach en la estación austriaca de Sölden el próximo fin de semana del 21 al 23 de octubre en el que dará comienzo La Copa del Mundo de la temporada 2016/17.

No lo tiene nada fácil. La noticia de la demanda no ha sentado nada bien a Head que, en palabras de su máximo dirigente, Johan Eliasch, presidente y CEO de la compañía fundada en 1950 en el estado de Delaware (USA) y actualmente con sede en Holanda, manifestaba estar decepcionado con la postura de Miller pero que en caso de que este diera marcha atrás, estarían encantados de que reapareciera en la Copa del Mundo, eso sí, de la mano de la marca a la que por contrato aún está sujeto.

 

 

El corredor, muy conocido en el circuito además de por sus victorias, por haber protagonizado en Bormio (Italia) una prueba de descenso con tan solo un esquí, no es la primera vez que ha roto la palabra dada, ya en 2006 abandonaba el equipo de los Estados Unidos para competir de manera independiente con -precisamente- los que hoy le reclaman que siga vistiendo sus colores y que desde ese año han sido sus patrocinadores. 

 

Por su parte, Bomber Ski, proveedor oficial de esquís para los equipos de Freeride de Estados Unidos y Canadá, que espera hacer su entrada en el mundo de las carreras de esquí con una nueva gama Race, se mantiene a la espera de los acontecimientos, aunque lo cierto es que parece que no le hace ascos a la publicidad a nivel internacional que está recibiendo por el asunto Bode Miller Vs Head Ski.

 

Veremos cómo acaba la cosa.