El Pirineo entra en mayo con récord de nieve
Panorámica del Pirineo desde el puerto oscense de Monrepós, crédito foto F. SIMÓN
Vie, 02/05/2014 - 15:05
El Pirineo acumula aún una cantidad de nieve poco habitual en estas fechas. La cuenca del Ebro guarda en estos momentos más de 1.000 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve y se temen crecidas de los ríos
El Pirineo muestra un paisaje cubierto de blanco, en cotas por encima de los 2.000 metros, inusual en esta época del año en la que, en condiciones normales, buena parte de la nieve invernal de las cumbres ya se ha derretido. Sin embargo, en estos momentos el lado español de esta cordillera, la que vierte a ríos de la cuenca del Ebro, mantiene una reserva de nieve récord: 1.064 hectómetros cúbicos de agua en copos, que suman espesores abundantes en las zonas más altas.
De hecho, mientras media España ha disfrutado en las últimas semanas de temperaturas casi veraniegas, el Pirineo ha seguido registrando nevadas que han hecho aumentar su manto blanco. Así ha ocurrido, por ejemplo, en varias zonas del Pirineo aragonés y catalán
La cantidad de nieve que sigue habiendo a estas alturas del año en la cuenca del Ebro es mayor que la que había en las mismas fechas de 2013 y un 41% superior al promedio de los cinco últimos años
Los buenos datos hidrológicos que suponen estas cifras tienen, sin embargo, un lado preocupante: el riesgo de bruscas crecidas que se puede producir en el Ebro y en sus afluentes de la margen izquierda ante un deshielo acelerado que es probable que se produzca, dado el previsible aumento de las temperaturas a las puertas ya del verano. Cuanta más nieve hay en fechas más próximas al verano, mayor el riesgo de crecidas bruscas y de inundaciones, ya que la fusión nivel se produce de forma más rápida y en mayor volumen.
Datos
Se calcula que la nieve actual que hay en la vertiente española del Pirineo se traducirá, con el deshielo, en unos caudales de algo más de 600 hectómetros cúbicos de agua. Para hacerse a una idea de lo que supone esa cantidad, es más de 30 veces el caudal que durante todo un día lleva actualmente el Ebro a su paso por Zaragoza capital.
Todo esto, además, en un momento en el que se encuentran a rebosar los embalses de la margen izquierda de la cuenca del Ebro -a los que llegan las aguas del deshielo- están a rebosar, muchos de ellos sin posibilidad de recoger más caudales. Por ejemplo, el oscense embalse de Yesa se encuentra al 92% de su capacidad máxima; el también oscense de El Grado, al 97%; el catalán de Tremp (o Talarn), al 96%; o el de Ribarroja, sobre el cauce del río Ebro en su tramo final, al 98%.
Fuente: ABC.es
Autor: Roberto Pérez
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